Tal vez una de las tascas más emblemáticas de La Laguna, situado en un callejón, detrás de la Catedral. Se enmarca en una antigua casa típica y aprovecha su distribución para crear varios espacios diferenciados, pequeños comedores situados en lo que antes eran habitaciones, con una decoración muy sobria pero elegante.
Sus platos son imaginativos, interesantes y plagados de sabores espléndidos, consiguiendo un fantástico equilibrio entre tradición y vanguardia: ensalada tibia de langostinos, hojaldre de magret de pato... y los postres, una maravilla para los más golosos. Nuestra recomendación, comer picoteando y disfrutar
un poco de todo.
Para llegar desde nuestro alojamiento, cinco minutos andando (trayecto
A»B):
Ver mapa más grande
Seguir leyendo …